Y beber de nuevo ese vino que me devolvió tus besos con sabor a melocotón...
O deshacerme del dolor de espalda para alcanzar las piruletas que me escondes en el rojo de los semáforos de la Castellana cuando sales de trabajar...
O enseñarte que bailar en público levanta envidias si lo haces de corazón...
En definitiva, arañar segundos a las tardes que se me escapan mientras duermes porque no me atrevo a molestar...
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