Hoy es el primer día...

Hoy es el primer día del resto de mi vida… así lo siento, siento que la ultima semana fue un capítulo repetido de una teleserie escabrosa y turbulenta, en la que los personajes le dan 1000 vueltas a la misma historia tras vivir un hecho traumático…
Siento que viví encerrada en una historia de la que aunque era la principal protagonista no podía cambiar los papeles de los demás personajes, ni tan siquiera el mío propio… fue todo, o casi todo un humo intenso, envolvente en pena, en rabia, en humillación… fue horrible, porque me sentía impotente, estática ante mi dolor y el dolor de los que más me querían… es curioso como las cosas pueden darse la vuelta por completo en un instante, como todos los planes que podría haber tenido a muy corto plazo se desvían a velocidades astronómicas mientras tú, que los ves pasar ante tus ojos, eres casi incapaz de parar sus consecuencias, no sabes si no eres capaz, o simplemente cuando lo intentas todo se te viene grande, todo te parece ininteligible, todo se convierte en balas que viajan hacia el centro de tu corazón haciéndote infinito daño, pero al mismo tiempo rebotan en un extraño escudo de amor implacable que parece poderlo todo, o casi todo…
Da igual el alcohol, la risa, el llanto, tu eres un torbellino de sentimientos hasta ahora desconocidos que te llevan por el mundo, que te desvían de lo que tu eras , de lo que tu sentías, de todo lo que habías construido con tanto cuidado, con tanto sudor, con tantas lágrimas… da igual como era la casa, da igual, porque llega un pequeño terremoto y todo se va a la mierda… todo se hunde mientras tu, espectadora del desastre tan sólo piensas que no puede ser real, que no puede ser posible que todo aquello porque lo que habías luchado, en lo que habías puesto tanto cuidado por construir sin fallos, sin grietas, sin fisuras, se venga abajo en unos segundos…
Y vives la historia como si no estuvieras allí, tu lo ves, lo sientes, lo palpas, te duele, pero no puedes hacer nada, no puedes ni tan siquiera enfadarte y gritar y mandarlo todo a la mierda, porque no puedes dar crédito a lo que tus ojos, con infinito esmero están preparados para mostrarte… da igual la oscuridad, tus ojos y tu mente se reflejan en un espejo de verdad y te muestran con una claridad solar lo que está pasando…
Y mientras tus brazos, tu voz, tus ojos y tu pensamiento no responden, dentro de ti tan sólo hay una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué, si no me lo merezco?...
Y al día siguiente lloras, y al siguiente también, y buscas explicaciones y deseos, buscas rabia y fuerza para odiar, y cuando casi la encuentras ya no puedes, porque estás cansada de llorar, de luchar por sentir odio y expresarlo… no puedes porque no sabes odiar, porque la vida es mucho más simple que un sentimiento tan complejo como el odio… porque no fuiste hecha para odiar… simplemente no sabes…
Y otro día más y las noches son eternas entre conversaciones y caricias, y los ojos te duelen de mantenerlos abiertos y las manos te duelen de agarrarte a la vida, a la vida en la que creías antes, y el alma, al alma te duele y esta perdida, muy perdida en todo el mar de palabras, voces, abrazos y besos que recibes, en todo el mar de rabia e incomprensión que te azota… pero así todo el sueño no viene, y si viene es peor…
Pero después del quinto día, decides que no hay nada ni nadie que merezca que tu alegría, que tu esencia se haya roto, no hay nada que pueda enturbiar lo que tu eres…
Y te levantas, y no estás cansada, y decides que hoy es el primer día del resto de tu vida…