CERRADO POR VACACIONES


Hace once meses que este blog vio la luz, así que antes de que se me acabe el año he decidido pillarme las vacaciones, no vaya a ser que luego el jefe no me las conceda.

Como en todo, uno se fatiga después de mucho tiempo "trabajando" en ello, y aunque este blog, en muchos casos es mi manera de decir lo que siento y escribir cosas que de otro modo no verían si no las hojas de mi viejo cuaderno a rallas, me siento falta de ideas, he exprimido mis sesos porque sorprendentemente hay mucha más gente de la que yo hubiera imaginado que me leen.

Por todo ello, necesito unas mini vacaciones blogueras.

Después vendrá la depresión postvacacional que me azota siempre, aunque sólo libre tres días, pero después de ella, volveré al "trabajo" con energías renovadas.

Gracias a todos los que me leéis.

Hasta pronto.

Foto de Alvarito

14 de abril MORADO



No tuve abuelos ni padres republicanos.
Así es que, la admiración a la II República me viene tan sólo de lo que he leído, desde que cierto día que no recuerdo, de muy pequeña escuché hablar por primera vez de la guerra, de los republicanos, de una bandera diferente.
Se hicieron muchas cosas mal, pero muchas bien. Hubo muchos fallos entre los partidos de izquierdas, que posiblemente los llevaron a perder la Guerra Civil. Quien sabe...
El caso es que me siento tremendamente republicana, pero de aquella II República que no viví, de esa que nadie de mi familia me habló.
El sentimiento es extraño y dulce a la vez, fantasmal incluso.
En esa bandera tan sólo veo el morado, el morado es la diferencia. El morado me provoca un sentimiento poético y me hermana con todas las personas que lucharon por la II República Española aunque no haya conocido a ninguna.
El morado es mi particular república!!
Bienvenidos a mi república, compañeros!!

Penumbra...



Silencio, impoluto silencio.

Roto por el maullido erótico de Camila, la gata en celo.

Luego el viento, las persianas batidas por él. El sonido frío del plástico sobre la ropa tendida que lucha por secarse en el atípico ambiente húmedo que nos envuelve.

INSOMNIO.

Un friki irlandés en Radio 3.

En los demás canales concursos estúpidos presentados por una rubia de bote y un aspirante a popy.

Otra vuelta en la cama.

Silencio de nuevo.

Camila.

Mis tripas que protestan por llevar demasiado tiempo despiertas, es...

LA NOCHE.

Flores con lluvia

Hoy ha llovido, después de muchos meses, creo que la última vez que vi llover en Madrid estaba Javi aquí, conmigo, eso fue a principios de Octubre, demasiado tiempo, demasiado seco.
Hoy me he dado cuenta de que la lluvia es arte y no sólo en Compostela, la lluvia es vida.

Hoy, además de la alegría inconfesable que me ha proporcionado el agua caída del cielo, me han regalado flores, un abuelo de 86 años, yo no tengo ya abuelos.
Ha aparecido en el control de enfermería escondido tras las margaritas del ramo, arrastrando sus pies y el pie del gotero, me ha dicho:
- Son para ti, por ser como eres, porque eres tú también una flor.
Me he quedado de piedra, me han dado ganas de llorar.
Al final de mi día he cogido el ramo y lo he acurrucado junto a mi bajo mi paraguas.
Ha sido un momento mágico, la lluvia, los charcos, y las flores, yo con todos ellos. Ha habido un momento de hermandad entre el agua y los pétalos.
Un chico ha mirado mi ramo en el metro, me ha mirado a la cara luego, ha sonreído, me ha sonreído como si entendiera el significado de mi tranquilidad, de la felicidad que me ha llovido no sólo del cielo.

"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos"
... dijo el gran Pablo Neruda.

Bocanadas de sangre



Tengo un guisante por órgano rey, se me ha encogido hasta tal punto el corazón que la sangre no es bombeada con la fuerza suficiente para llegar a mis extremidades y a mis dedos con normalidad, temo ponerme azul en pocos minutos, siento la presión de la emoción achicando mis ventrículos, las aurículas inspiran para recibir toda la sangre posible, como si hubieran corrido una maratón y llegasen a meta sin oxígeno.
Me he quedado pegada al sillón, faltos mis músculos de la energía necesaria para realizar su función principal.
Pocas veces en la vida se me ha encogido el corazón literalmente hasta sentir físicamente los efectos de esa pequeñez momentánea que hasta duele, esta mañana algo me ha hecho retroceder en el tiempo de modo tan exacto que me ha faltado el oxígeno de todos los años pasados y casi me ahogo.
Por un momento he retrocedido en el tiempo y mis órganos envejecidos no han sobrellevado bien el salto cósmico, no pueden sobrellevar toda la emoción que ya vivieron una vez siendo más jóvenes, habían olvidado las emociones fuertes.
Hay pequeñas cosas en la vida que lo matan y lo reviven a uno en un segundo sin saber bien cual es la explicación.

Acosada por mi ¿talento? natural


Tengo demasiadas sensaciones acumuladas que no encuentran un camino hacia donde recorrer los pasos de la libertad experimental. Siento bullir en mis adentros mil historias y mil relatos, incluso la forma de escribirlos, el estilo, la métrica, el paso, y sin embargo, no puedo hacerlo real.
Me acechan desde hace varios días ideas a todas horas, sobre las que sería original escribir algo, pero no llegan a hacerse realidad.
Cuando caigo rendida, justo cuando empiezo a soñar sin estar completamente dormida, escribo en mi imaginación, de modo tan vívido y aterrador que ayer, a punto estuve de levantarme y recrear en mi ordenador aquel relato, el cual, obviamente, ahora mismo no soy capaz de rememorar, ni tan siquiera podría decir cual era el tema principal.
Escribo en sueños y los sueños, sueños son, se me olvidan, los borro, tan sólo me queda el remanente de saber que mis ideas se convertían en líneas elocuentes de este o aquel fin.
Dicen que los escritores, los cantantes, la gente creativa en general, trabajan mejor cuando pasa por su vida un huracán de sensaciones buenas o malas, cuando la vida te monta en una montaña rusa y te encuentras subiendo o bajando el tramo más alto.
Puede ser ese el problema por el cual esta época en la que me siento dotada de ideas, no sea fructífera en su totalidad. Porque no estoy ni subiendo ni bajando, estoy en paz conmigo misma y con los demás.

Cortándome mientras me acaricias



Como un chapuzón de agua templada en pleno invierno, que sin estar fría logra estremecerte cuando te quedas con la ropa mojada y sopla en viento del mar del norte.
Como las piedras de una playa virgen que acarician tus pasos con bailes de tímido dolor.
Como el sol tras las nubes, reflejado en el agua haciéndote cerrar los ojos por la intensidad.
Así eres tú, cortante y suave a la vez.
Haciéndome cosquillas mientras me pellizcas el corazón en un grito de misericordia por tus suspiros mansos de un minuto antes de dormir.

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