
Escribo porque me sale, porque lo siento, porque es mi modo de escapar, de ver, de traspasar...
Escribo cuándo algo me llena, me pone triste o alegre a la par.
A veces me imagino que soy otra y escribo en primera persona igual.
No siempre es real lo que escribo, no siempre es tampoco actual.
Lo digo porque la gente se asusta, porque piensan que es mi estado de ánimo el que vengo a reflejar.
Me gusta inventarme historias.
Me gusta ponerme en el lugar de los demás.
Escribo cuando alguien me cuenta una historia y quiero encontrarle un principio o un final.
No siempre que escribo algo triste, estoy triste por igual.
Me gusta ponerme en el lugar de los demás.
Escribo cuando alguien me cuenta una historia y quiero encontrarle un principio o un final.
No siempre que escribo algo triste, estoy triste por igual.
Escribir cosas, aunque tan sólo yo le encuentre un sentido es en la mayoría de los casos mi modo de actuar.

Cosas que no necesariamente tuvieron que pasar...
No es mi vida tan sólo lo que escribo, hay miles de cosas más, ficticias, ajenas...
Así que no busquéis un sentido cuando la mayor parte de las veces no lo hay.
Mis textos son eso, textos, bonitos o feos, pero nada más.
Soy celosa de mis sentimientos, cada vez más de mi intimidad.
No suelo contar lo que me vuelve loca por dentro.
En la mayoría de los casos, en mi blog, sólo habrá parte de verdad...