morder



Estabas ahí, tan cerca, a tan sólo unos kilómetros y yo sin dar el paso para ir a conocerte.
Me arrastraron especies de aves que creía desaparecidas cuando la laguna fue sentenciada a muerte, y allí estaba, un remanso de paz, de luz y de pasión, esperando a ser descubierto probablemente en verano y con calor, pero como siempre voy a contratiempo...
Y un escalofrío me recorre el cuerpo recordándome tiempos que de manera imposible pude vivir.
Y viendo a mi sobrino en el baño vuelvo a tener año y medio, siento la necesidad de morder todo lo que alcanzan mis manos porque hay unos incipientes dientes de leche esperando a florecer. Muerdo hasta la esponja en la bañera, con la consiguiente riña de mi madre, pero no importa, sólo quiero morder y después volver a morder, para aplacar las fuerzas que impulsan mis incisivos hacia afuera, conseguir placer.
Hoy siento ganas de morder de nuevo, quien pudiera tener ganas de morder, y volver a los baños al atardecer. Quien fuera de nuevo una niña con toda la vida por recorrer.

Punto y a parte o punto y seguido.


Se para el tiempo, cada año por estas fechas parece como si se parara el tiempo y todo volviera a ser como el año anterior y el anterior, vuelvo a Xinzo, y allí, como yo, como cada año, el día 24 veo caras de toda la vida, gente que sólo vuelve a casa por navidad como "El almendro", que por cierto, creo que ese anuncio ya no existe, aunque teniendo en cuenta que no veo la tele puede ser que no esté en lo cierto. El caso es que la navidad crea en mi un sentimiento totalmente encontrado que no sabría muy bien como explicar, me gusta porque sobretodo es tiempo de rememorar, y lo odio porque no me gusta que me impongan cosas, y estas fechas son un invento de la iglesia y del consumismo que nos "invita" a ser felices, mejores personas y sobretodo a gastar.

Así que después de cinco días en familia y entre amigos, turrones y polvorones extra y sobrepasada por el empacho, los saludos desmedidos y regalos que recibir y comprar, hago balance del año, de la vida, de mis rarezas y demás.

Me ha encantado disfrutar de mi sobrino, que es más gracioso que los reyes magos en Alcatráz, volver a ver a Carlos, Raquel, Paula, Rebeca, Sandra y demás...

Por otra parte he descubierto que siempre hay gente capaz de sorprenderte, de jugártela e incluso de hacértelo pasar mal. Pero me peino a contrapelo y sigo adelante, con puntos y a parte el día 31 para las cosas que terminan y comienzan de nuevo y un punto y final desde ya para aquello y aquellos que dicen estar ahí y sin embargo su apuesta es lo único que parece importar.
El caso es que ha sido un buen año y a la mierda lo demás!

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