Aunque tengo unas manos finas de lactante y la fuerza bruta brilla por su ausencia en mis músculos, pienso agarrarte de la mano para no dejarte caer cuando te precipites o para no despeñarme en un descuido.
No es que vayamos a caer juntos, sino que siempre habrá uno que tire con uñas y dientes antes de que el otro toque el suelo...