En mi hospital no tenemos tiritas


Aráñame si quieres, ya da igual, tengo un callo en mis entrañas, he perdido todo tipo de esperanza en la especie humana, y al rato, me lamo las heridas que cicatrizan a velocidades dignas de una retirada de carnet por falta de puntos para volver a creer de nuevo que algo bueno puede pasar, que el lloro de un recién nacido tiene más de diez mil sentidos y todos ellos ablandan los callos del corazón herido.




Aunque alrededor de unas diez mil veces al día sufra un déficit de coagulación que reabra las heridas, todo dará igual de nuevo casi siempre en minutos, horas o en el peor de los casos en días.



Vivo sin factor 8 que permita dejar mi piel limpia, pero casi mejor, las heridas viejas duelen menos, sólo hay que conservar la higiene mínima para no permitir la colonización de las mismas.

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