Hace dos años, a estas horas recibía esta foto, la primera vez que veía su cara y os la enseñaba porque estaba llena de ilusión. Hacía unas horas que habíamos recibido la noticia de que Saúl había llegado al mundo, y los sentimientos eran totalmente encontrados, por un lado estábamos tremendamente felices de la noticia y no sabíamos muy bien si las lágrimas eran de alegría o de pena por no poder verlo en directo, por no poder tocarlo, por estar demasiado lejos para abrazar a sus papás y darles la enhorabuena.
Fueron tiempos duros, pero él ayudó a ver que la vida siempre tiene cosas bellas que darnos aun cuando estamos a punto de tirar la toalla.
Su llegada al mundo supuso un suspiro de aire fresco en mis agobiados pulmones de aquellos días.
Y aunque sea la tía a la que ve 3 veces al año, la que vive lejos, para mi, inevitablemente es el niño de mis ojos, mi único sobrino, mi toma de contacto con la inocencia, la frescura y la espontaneidad que supone ser niño, y sobretodo un niño inteligente y despierto.
Han pasado dos años y hemos compartido pocas cosas, pero por suerte o por desgracia estoy acostumbrada a vivir en la distancia de mucha gente, y se que no por eso, la distancia hace el olvido.
Así que aunque el tiempo pasa volando y parece imposible que sea todo un hombrecito, estoy deseando que sea un poquito más mayor para tener la seguridad de que sabe quien soy y que estaré ahí para lo que sea.
FELIZ SEGUNDO CUMPLEAÑOS MI NIÑO!!