Luz.

Demasiada luz.

Siempre me olvido las gafas de sol.

Y si me las pongo mis pupilas tardan en adaptarse a los cambios, ocurren cosas, como por ejemplo, rayo mi coche al entrar en la sombra del garaje.

Pero volveré a usarlas.

No me da miedo ni la claridad ni la oscuridad.

Blog Archive

Páginas

Páginas vistas en total

Entradas populares

Datos personales

Blogger templates

Buscar