Flores con lluvia

Hoy ha llovido, después de muchos meses, creo que la última vez que vi llover en Madrid estaba Javi aquí, conmigo, eso fue a principios de Octubre, demasiado tiempo, demasiado seco.
Hoy me he dado cuenta de que la lluvia es arte y no sólo en Compostela, la lluvia es vida.

Hoy, además de la alegría inconfesable que me ha proporcionado el agua caída del cielo, me han regalado flores, un abuelo de 86 años, yo no tengo ya abuelos.
Ha aparecido en el control de enfermería escondido tras las margaritas del ramo, arrastrando sus pies y el pie del gotero, me ha dicho:
- Son para ti, por ser como eres, porque eres tú también una flor.
Me he quedado de piedra, me han dado ganas de llorar.
Al final de mi día he cogido el ramo y lo he acurrucado junto a mi bajo mi paraguas.
Ha sido un momento mágico, la lluvia, los charcos, y las flores, yo con todos ellos. Ha habido un momento de hermandad entre el agua y los pétalos.
Un chico ha mirado mi ramo en el metro, me ha mirado a la cara luego, ha sonreído, me ha sonreído como si entendiera el significado de mi tranquilidad, de la felicidad que me ha llovido no sólo del cielo.

5 comentarios:

M

Jo... qué preciosidad de entrada

Phantom

La felicidad se encuentra siempre en las pequeñas cosas... en esos pequeños detalles que a la mayoría de la gente pasa desapercibido...

Tu sabes siempre como encontrarla...

Sigue así y no cambies...

Muaka...

eFe

que bonito todo eva

que haya muchos momentos así


un beso!

Anónimo

Es una pasada como escribes, deberías pensar en dedicarte a algo así, de verdad

Eviña

Gracias a todos, incluido a don o doña anónimo, jeje.
Hay veces que escribir es sólo una consecuencia de las cosas que me pasan, y en eso casos es cuando me sale mejor.
Pero me alegra que os guste.

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