El mundo al revés

Ayer un hombre en la plenitud de la tercera edad se dirigió a mi diciendo "me deja pasar, SEÑORA?" a lo que respondí, "por supuesto, joven", cosa que no pareció terminarle de gustar.
Cuando yo me levanto tú estás acostándote y cuando me siento a comer a ti te traen a tus aposentos cantidades astronómicas de comida para desayunar.
Me descubro varias veces al día restándole siete horas a mi reloj, cuando normalmente soy bastante enemiga de sumas y restas y del control temporal.
Estás a miles de kilómetros de Madrid y sin embargo duermo menos que si estuvieras aquí.
Llevo semanas despertándome a las 7.15 sin despertador y hoy me quedo dormida hasta las 9 a pesar de su sonido estridente que se mete en una pesadilla recurrente y desagradable de la cual no logro escapar.
Corro a hacer algo importante tardando más del doble debido a unas estupendas obras del ayuntamiento dirigidas a ganar unos Juegos Olímpicos que bailan bastante lejos de hacerse realidad.
Y sin embargo consigo hacerlo todo dentro del tiempo estimado, y llegar incluso antes a mi primera clase de Pilates donde hay más mamás de lo normal.
Una de ellas se permite el lujo de corregir mis abdominales diciendome que me levanto muy deprisa y me tenso mucho cuando ella no levanta ni medio palmo de su parte de atrás.
Así que emigro al norte por 3 días... a buscar el epicentro del mundo para darle la vuelta al menos al mío y volver a empezar con los pies en el suelo, dejando que la gravedad tire hacia donde debe tirar.

5 comentarios:

Paris Joel

Te entiendo, es que hay gente atrevida. Vente pal norte y respira profundo.
Un biquiño.

eFe

el norte te sentará bien


eso seguro

David Taboada

No hay nada como el hogar, tía Emma!

Eviña

Tía Emma? no lo pillo meu!

Anónimo

hola, podrias decirme de que banco de imagenes puedo bajar esa imagen del mundo? te lo agradeceria

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