Papá está cantando

No entiendo a las mujeres. Hay mil cosas interesantes a las que jugar, y más en una playa, en mi playa, pues no, quieren jugar a las casitas... Buf!
Oigo una voz de fondo muy familiar.
Papá está cantando! Se me eriza el vello. Corro hacia la luz, hacia la música. Atravieso el espacio de playa que me separa de él. Es papá! La arena me lo pone difícil. Tengo los zapatos colonizados por arena fría y pesan más de lo normal. Lo consigo, llego al cristal, está empezando la segunda estrofa. Pego la cara, las manos, intento traspasar el cristal, la marquesina que delimita la terraza, esa terraza donde canta muchas veces papá. Quisiera estar al otro lado, pero me quedo muy quieto escuchando, moverme significaría desviar la atención, de todas formas a este lado lo oigo perfectamente, hay micrófono. Lo oigo a pesar de estar tras la marquesina y de espaldas a él. Da igual, ya no me muevo, ya no hay tiempo, sólo quiero escuchar, sigo pegado como sí así fuera a escuchar mejor, el vaho de mi respiración se condensa sobre el cristal y lo veo borroso en cada expiración. Escucho las voces de las niñas que llegan y también se ponen a mirar.
Papá canta en casa, canta siempre, y nunca me canso de escuchar... Pero hoy, además es diferente, hoy hay casi magia en el ambiente, lo está escuchando mucha gente, hoy la voz de papá me paraliza. Me quedo pegado al cristal hasta que terminan las canciones de papá, hoy son pocas.
Papá me ha cantado una nana al otro lado del cristal, de espaldas a mí y él no lo sabe.




















Hace quince días, en el Sadautor, mientas cantaba Paris Joel, su hijo tenía la carita pegada al cristal y miraba embrujado a su padre, se quedó quieto durante las tres canciones que cantó. Su cara era de admiración. Las niñas estaban por detrás suyo, hablando y mirando de vez en cuando al otro lado del cristal. Pero él se quedó muy quieto hasta que terminó. Me pareció muy tierna la escena, tanto, que no he podido quitármela de la cabeza y he escrito esto. Por supuesto tiene mucha fantasía, no se ni tan siquiera como se llama ese niño precioso que miraba fijamente la espalda de su padre, que ni tan siquiera podía verlo. Pero lo he escrito porque hay cosas en la vida, que a veces duran tan sólo un instante y no puedo borrar de mi cabeza hasta que escribo sobre ellas. Espero que te guste Paris.

1 comentarios:

Paris Joel

Qué si me ha gustado? Bufff!!! De gallina que me ha quedado la piel. Gracias Eva!!!
Ser padre es difícil pero es lo más grande que nos da la vida. Un magnífico cantautor que se llama Rafael Amor decía en uno de sus recitales que la parte más musical del arbol eran los pájaros que se posan en él y la parte más musical del hombre, del ser humano, son sus hijos. Suscribo lo que dijo el bueno de Rafael al cien por cien.
Por cierto, aprovecho esta ocasión para pedir disculpas a todos los amigos que el pasado viernes actuaban en Coruña y no los puede ver. Precisamente esas obligaciones de padre, te dejan poco tiempo y hay que tener prioridades y en las mías por supuesto siempre están de número uno mis hijos.
Siento mucho no poder ir a veros, se que lo entendeis.

Gracias de nuevo Eva por tus hermosas palabras!

Un abrazote.

Paris Joel

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