
De nuevo me han clavado un cuchillo y no se que parte de la empuñadura agarras tú.
Sí le tiendes la mano para facilitarle mi herida es como sí tú mismo lo clavaras.
Y lo que más duele no es la herida, ni me importa la sangre caliente que brota de mis lados imperfectos, frágiles e inseguros.
Lo que más duele es tu indiferencia y este juego macabro que tan sólo me envenena.
2 comentarios:
hay heridas que nunca curan
pero a menudo acaban por cicatrizar del todo bien
aunque ahora lo veas lejano ...
besos!
Mecagoenloscuchillos...
Te regalaré un escudo para mi próxima visita...
Se avecinan terremotos en tu habitación, que lo sé!
Sé feliz, lindaa.
Muá
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